"... it used to be easy,
all i had to be was me. Not mixed up...
Somebody help me"
all i had to be was me. Not mixed up...
Somebody help me"
Hoy aprendí que no hay que poner las manos en el fuego por nadie.
Porque todo es incierto.
Hoy me acordé que nadie está exento de nada.
Y que la confianza es jugar con los ojos cerrados.
Hoy entendí que estar seguro no es más que un acto de conformismo.
Es inventarse el cuento de hadas, y apagar la luz para no ver nada.
Es estar en la oscuridad de ante mano.
Es creernos seguros de pura inseguridad que tenemos.
Es no ver nada. Ni lo que es, ni lo que no es.
Es anticiparse a los hechos.
Es fingir estar de pie por fuera, y resbalarse por dentro.
Es decir estás seguro para aliviar la inseguridad que se siente por dentro.
Es saber que no se corre riesgo por nada, pero decir que confías es olvidar por un segundo el miedo inevitable que se siente por dentro.
Es creerse cualquier cosa, hasta lo que no es realidad. E inventarse historias, hasta las que no llegarían a pasar.
Es decir nada porque nada está dicho. Y es hacer nada porque nada está hecho.
Cuando bien sabemos que de todo se dice y de todo se hace, pero esquivamos la realidad por las dudas.
De nada podemos enterarnos.
Nada sabemos y damos todo por sabido.
Creemos y nos la creemos.
Decimos él sí, cuando él no.
Y él no, cuando él sí.
Y todo se nos mezcla.
Y todo se confunde.
No nos importa, ni lo que estuvo bien ni lo que estuvo mal. Tenemos la segurirdad de que las cosas son así como pensamos y no hay más allá.
Y la seguridad se convierte en soberbia.
Y nos encerramos otra vez en nuestro cuento de hadas con la luz apagada y no escuchamos más nada.
Estoy segura es decir que estoy insegura, que tengo miedo, que siento que me muero. Porque no sé nada, todo es relativo y no tengo la última palabra.
Y puedo caminar con los ojos cerrados si quiero, pero el miedo siempre está.
Aún sin motivo.
Confiar es caminar con los ojos cerrados para no ver la pared con la que es muy probable chocarnos.
Pero al fin y al cabo la pared va a estar, la veamos o no.
Lo que marca la diferencia es el choque o la esquivada.
Estás seguro y caminás con los ojos cerrados, te las sabés todas, y no vas a equivocarte jamás.
Ahora yo pregunto, como hacer para esquivar la pared si tu seguridad no te deja ver nada?
Me siento insegura.
Estoy insegura.
Soy insegura.
Por eso digo que estoy más segura que nunca, porque confío, porque creo. Porque amar así me hace sentir insegura, y me hace llenar de seguridad y convicción.
Hace que me confunda, y me abre los ojos.
No sé como son las cosas, no las voy a saber nunca.
No voy a decir que estoy segura, ni que pongo las manos en el fuego. Porque no tengo la razón en todo.
Pero sí voy a decir que esta inseguridad me da la seguridad para caminar con los ojos abiertos, para reírme de las cosas que me hacen mal, para no inventarme estupideces. Para decir "cada loco con su tema" cuando intentan llenarme de miedos, cuando intentan que me persiga.
Voy a hacer lo que a mi me parezca. Estoy insegura, pero creo más que nunca.
(17/Septiembre/2009)
Hoy me acordé que nadie está exento de nada.
Y que la confianza es jugar con los ojos cerrados.
Hoy entendí que estar seguro no es más que un acto de conformismo.
Es inventarse el cuento de hadas, y apagar la luz para no ver nada.
Es estar en la oscuridad de ante mano.
Es creernos seguros de pura inseguridad que tenemos.
Es no ver nada. Ni lo que es, ni lo que no es.
Es anticiparse a los hechos.
Es fingir estar de pie por fuera, y resbalarse por dentro.
Es decir estás seguro para aliviar la inseguridad que se siente por dentro.
Es saber que no se corre riesgo por nada, pero decir que confías es olvidar por un segundo el miedo inevitable que se siente por dentro.
Es creerse cualquier cosa, hasta lo que no es realidad. E inventarse historias, hasta las que no llegarían a pasar.
Es decir nada porque nada está dicho. Y es hacer nada porque nada está hecho.
Cuando bien sabemos que de todo se dice y de todo se hace, pero esquivamos la realidad por las dudas.
De nada podemos enterarnos.
Nada sabemos y damos todo por sabido.
Creemos y nos la creemos.
Decimos él sí, cuando él no.
Y él no, cuando él sí.
Y todo se nos mezcla.
Y todo se confunde.
No nos importa, ni lo que estuvo bien ni lo que estuvo mal. Tenemos la segurirdad de que las cosas son así como pensamos y no hay más allá.
Y la seguridad se convierte en soberbia.
Y nos encerramos otra vez en nuestro cuento de hadas con la luz apagada y no escuchamos más nada.
Estoy segura es decir que estoy insegura, que tengo miedo, que siento que me muero. Porque no sé nada, todo es relativo y no tengo la última palabra.
Y puedo caminar con los ojos cerrados si quiero, pero el miedo siempre está.
Aún sin motivo.
Confiar es caminar con los ojos cerrados para no ver la pared con la que es muy probable chocarnos.
Pero al fin y al cabo la pared va a estar, la veamos o no.
Lo que marca la diferencia es el choque o la esquivada.
Estás seguro y caminás con los ojos cerrados, te las sabés todas, y no vas a equivocarte jamás.
Ahora yo pregunto, como hacer para esquivar la pared si tu seguridad no te deja ver nada?
Me siento insegura.
Estoy insegura.
Soy insegura.
Por eso digo que estoy más segura que nunca, porque confío, porque creo. Porque amar así me hace sentir insegura, y me hace llenar de seguridad y convicción.
Hace que me confunda, y me abre los ojos.
No sé como son las cosas, no las voy a saber nunca.
No voy a decir que estoy segura, ni que pongo las manos en el fuego. Porque no tengo la razón en todo.
Pero sí voy a decir que esta inseguridad me da la seguridad para caminar con los ojos abiertos, para reírme de las cosas que me hacen mal, para no inventarme estupideces. Para decir "cada loco con su tema" cuando intentan llenarme de miedos, cuando intentan que me persiga.
Voy a hacer lo que a mi me parezca. Estoy insegura, pero creo más que nunca.
(17/Septiembre/2009)
No hay comentarios:
Publicar un comentario